• Verificar que el prestador de servicios cuente con permiso emitido por SEMARNAT
• Pedir al operador que informe sobre el comportamiento que los tripulantes deben mantener durante el avistamiento
• Verificar que el operador no acose a las ballenas, manteniendo una velocidad baja y dejando que los individuos se acerquen a la embarcación, sin obstruir su paso ni provocando la dispersión de los mismos.
• NO PRESIONAR al operador para que se acerque a una ballena, sobre todo si ya hay 4 embarcaciones alrededor de la misma.
• NO PRESIONAR al operador para que se mantenga por más de 30 minutos alrededor de la misma ballena.
• Verificar que el operador no se acerque a más de 60 m de la ballena ni presionarlo para que lo haga (en B.C.S., el avistamiento se realiza con embarcaciones menores, y esa es la distancia máxima permitida)
• Verificar que el operador se acerque en diagonal a la ballena y si la sigue, que sea de forma paralela.
• SI TIENES SUERTE Y LA BALLENA SE ACERCA A LA EMBARCACIÓN, asegurarse que el motor esté encendido y que el operador lo mantenga en neutral
• No realizar actividades de pesca, buceo, natación o esquí acuático.
• Pedir que las embarcación se retire si se observa el siguiente comportamiento en las ballenas: nado evasivo, cambios repentinos de velocidad o dirección, inmersiones cada vez más prolongadas, interrupciones en actividades de alimentación, crianza, apareamiento.

No presionar al operador para que siga a las ballenas es parte fundamental de ser un turista responsable. Recuerda que los prestadores de servicios trabajan sólo durante una época del año y sus ingresos dependen de sus clientes y lo mucho que los recomienden, por lo que es muy fácil que hagan hasta lo imposible por complacerte para darte un servicio de primera calidad. Se debe respetar la distancia y el tiempo señalado, y sólo porque otras embarcaciones no respetan las reglas, no significa que tu operador deba hacerlo también.

No te dejes llevar por las imágenes que promueven el avistamiento en donde niños y adultos besan a las ballenas. La mayoría de los visitantes no tienen la oportunidad de tener un encuentro de ese tipo con las ballenas. Si bien no está prohibido tocarlas, es verdad que esos turistas fueron increíblemente afortunados, pues fueron las ballenas las que se acercaron a la embarcación, y no el caso contrario.

Es un misterio el por qué las hembras acercan tanto a sus crías a las embarcaciones, o por qué se dejan tocar por los humanos. Podemos pensar en que sienten la misma curiosidad que nosotros al verlas, o que les gusta tener contacto con nosotros. Pero lo que no podemos asumir es que tenemos el derecho a acercarnos y tocarlas por el costo de un viaje en una embarcación. Debemos respetar no sólo su hábitat, sino también su privacidad.

Sigue nuestras recomendaciones, no sólo para apoyar el turismo responsable y sustentable, si no también, para convertirte en un visitante que promueve la conservación de las ballenas grises.